Es el país que ha conseguido despertar mi curiosidad por
concebirlo como una especie de mundo lejano paralelo. Aunque nunca fue ajeno a
mí, porque siempre he utilizado todo tipo de artículos “Made in China”, y me he
topado con su gente al ir a hacer la compra. Viva donde viva allí estaban al
servicio, pero sin poder nunca entablar una conversación más profunda sobre su
cultura.
Para saciar gran parte de mis inquietudes he encontrado un
informe muy amplio en forma de dossier en el periódico español Le monde
diplomatique de octubre 2012. Estoy haciendo referencia ni más ni menos, al
país en vías de desarrollo que se ha convertido en la segunda fuerza económica
mundial. Pero este despegue económico que se mantiene en alza desde los años
1980 (este primer semestre del 2012 con una tasa de crecimiento del 7,8%)
conlleva incrementar excesivamente de sus proveedores extranjeros las materias
primas. Para ello los dirigentes han realizado grandes maniobras diplomáticas.
Los tratados con África, por ejemplo, aunque parezcan a primera vista una
bendición para el continente africano es verdad también que para muchos países
ha creado una balanza comercial deficitaria y un consumo de bienes baratos en
perjuicio de los productores locales. Salvando estas contrariedades son conscientes
del imperativo de desarrollar medios de transporte alternativos, energías
renovables, nuevos materiales, biotecnologías y otras actividades propicias
para un cambio de esta naturaleza como indica el duodécimo plan quinquenal (2010-2015).
No quiero dejar de mencionar para finalizar este breve resumen del dossier, que
el partido único (Partido Comunista Chino) que gobierna desde 1949, tendrá este
año su XVII Congreso, con una estructura que posee oficialmente 80,6 millones
de miembros de los cuales el 23,7% son menores de 35 años. Esto representa una
llave preciada para los jóvenes sobretodo los que no son ricos, y una garantía de
tranquilidad para el Partido, que espera así controlar mejor a la sociedad. Y por
último mencionar al confucionismo, que en 1980 era considerado como un factor
de estancamiento económico y que ha pasado a ser, casi de un día para el otro,
el motor central de la modernización. A mis compañerxs: espero que ya sepáis
que tenemos una representante de este país asiático en clase, que se llama Rocío,
y es muy maja y estudiosa. Id practicando con ella el chino mandarín que
posiblemente si el “Maestro Kong” (de ahí Kongfuzi) sigue expandiéndose a este
ritmo de seguro lo tendremos que saber “parlar”. Zaì Jiàn!!
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